El grado de desarrollo del país, con estar muy alto en todas las partes, muestra una clara disimetría entre la región flamenca, más industrial, y la valona más agrícola, y sufre la crisis de su antigua industria siderúrgica. En Lieja y Charleroi se creó desde el siglo XIX una potente industria minera y acerera. Pero la actual industria belga se desarrolla tras la segunda guerra mundial, cuando se instala en Flandes el sector químico y petroquímico.